Primer capítulo de “Rubia”
el problema de que todo y para todxs en este mundo empieza y termina, aunque no así su origen, es posiblemente el tener que asumirlo…. el sabernos sin pertenecer enterxs a esa misma existencia… vivimos de a momentos, de a cachos… porque no somos vida, evolución, sino su opuesto, muerte y destrucción… éste ha sido el trabajo diario de las civilizaciones por siglos, y seguimos con la faena… lo vamos comprendiendo al salir y volver del ruedo, y ciertamente, al darnos cuenta de que en muchxs no hay tal comprensión, terminamos entendiendo que sabemos que no sabemos que lo sabemos… entendemos, por eso no aceptamos… nos rebelamos… y el trabajo es otro…
el hacer y la otredad…. el vacío que llenar… beber de la vida… bebernos, para sin el equilibrio de la rutina caer infinitxs en el cosmos… porque las lunas y los soles son para nacer, pero tenemos que acabarnos para hacerlo… siempre… en lo real… morir quienes no somos, aunque nos sintamos obligadxs por… no somos ese ego sino lo que habita en él… así, el desafío es empezar cada día a sernos sin números… para lxs otrxs… nunca por… aunque en este mundo se viva al revés…
fuiste tan sincera que lo es todo, todo este mundo que disfrazo… mío… tuyo y nuestro… fuiste parte de lo verdadero, lo perenne de mi cuero, y dijiste mis días eternos, que paradójicamente empezaron, terminaron y se fueron… recién puedo decirlo, fuimos un vicio que dejamos de un día para el otro…. ningunx pudo verlo, estábamos muy cerca… es buena la distancia, hace tan bien como mal… sabernos de lejos… adentro… tanta alma celada…
siglos tejiendo la urdiembre de nuestros huesos, y un día se terminó… dejamos de transpirarnos, de desearnos sin pensar… todo se transformó en algo desalmado, pensamientos oscuros, nos traicionaron los miedos… quienes no somos, y nos obligan…
y cómo es que siempre estamos aquí eguein?
así, naciendo otra vez… encontrando los vestigios de la pasión rota, reconstruyendo nuestros reinos día tras día…
jugué a vivir y viví,
pero errado
o tal vez no,
quien sabe
algo me hizo
y tanto
que no hubo vuelta
sí olvido
sigo calando
oh! madre
este amor que naciste,
el destino
me gustaría que entiendas,
que arde este amor que no quiso
porque te vas
y aunque trate este otro día
es en vano
es tan, tan triste
haber perdido lo que jamás tuve, amor
vos…
tus manos
desperté sin poder impedirlo… hacía tiempo era la misma maldita pesadilla, y nada podía hacer… la misma empatía que de un yo desgarrado, herido, cuasimuerto… el mismo saber que los días en la tierra, el arrebato buscando cambiar el mundo y más que todo el amor, me habían pasado por encima, me habían estrolado como a un perro cruzando la colosal yuta avenida… todo lo vivido sólo había dejado mío un montón de huesos… el mismo abrir los ojos desbaratado sobre las mismas sucias sábanas, el mismo empezar a dar vueltas sin siquiera poder moverme… la misma lástima, el mismo lamento y no poder… no poder… y cerrar los ojos otra vez…
en noviembre de 1899 don Sigmund editó la interpretación de los sueños, una de sus prácticas para escribirlo, y cuya actividad describió como “la vía regia hacia el conocimiento del inconsciente dentro de la vida anímica”, era al despertar no mover su cuerpo, sólo lo hacían sus ojos, así, quedándose inmóvil, podía recordar lo que había soñado… después de un rato de descifrar su subconsciente e ir descubriendo cada deseo, frustración, miedo y todo lo que cabe en la miseria de nuestro mundano inconsciente, tomaba notas en el cuaderno que debía estar en su mesa de luz… Freud descubrió que olvidamos lo que soñamos cuando al despertar nos acomodamos en esa posición relajada y dilatada para volver mansxs y tranquilxs a la triste rutina del mundo… es que ese universo misterioso que vive en el interior, y que somos nosotrxs mismxs escondidxs del “hoy”, se hace otra realidad cuando tenemos que salir a la calle… claramente olvidamos quienes somos…
en noviembre del 2015 hacía lo mismo, quedarme quieto; pero no para recordar los sueños, sino para olvidar quien no-soy, ése que arrincona a mi verdadero yo con el “trabajo” de los días por delante, con su prometedor futuro… buscaba volver de este condenado lugar que quería inventarme… eso podía llevarme todo el día si no tenía algún croto compromiso, buceaba por mis chacras el universo y acababa en el Leteo bebiendo de mi propia sed, olvidando este cuero, mis huesos, lo que sea que diga mi forma… de más está decir que era la vagancia en calzones al pisar el suelo… claro, quien entendería? nunca más me importó lo que piensen o digan de mí…
también debí haber aprendido que el “amor” no era una buena carta, que no lo sería para apostar los días… debí haberlo hecho de mi padre, cuando mi madre lo encontró con otra mujer y nunca más lo vi por casa… de mi madre cuando le perdí la cuenta de los amigos que pasaban a buscarla, no por nada fui adiestrado a cinturonazos… el dolor obliga a olvidar… debí haber aprendido de la mayoría de mis tías y tíos, de mis primxs, amigxs… debí haberlo hecho pero no lo hice… cada vez que me tocó la carta la jugué a todo o nada, y así terminé… porque si bien gané mucho, lo que perdí fue justamente todo, y más… y esto le pasa a cada unx cuando finalmente se cae de la escalera que construye hacia la felicidad… stayrways to heaven… knock knock knockin´… y te das cuenta que fue otra ilusión, un espejismo… que no existe tal cosa…
somos tan fugaces viviendo este ensueño de compra-venta, y más en el encantamiento de dos cuerpos que se gustan, se desean… así viví, vivimos… y cuando nos damos cuenta es tarde, porque ya estamos padeciendo la misma dulce condena otra vez, siempre la soledad en pañales ante tanta creación, porque necesitamos, queremos estar, vivir, morir acompañadxs… como explicarlo si no es lo real, no existe, este mundo está atiborrado de falsas ilusiones… la soledad en verdad es hermosa pero algo nos hace creer que no, tal vez nuestra propia ceguera, miedo a no poder un mundo, una vida planeada… somos momentos de un gran momento, y lo que nos pasa no es más que uno más… debemos crear, buscar la magia allí…
todo empieza y termina aunque no así su origen, lo que nos hace y sólo sabemos que está… no en dónde, no aquí… nos hemos escondido de nosotrxs… podríamos amar sin condiciones, pero que linda y hermosa mentira nos inventamos… nos puede costar todos las lunas y el sol que nos regalaron asumirlo… una mentira sí, creernos estar vivxs… el amor… qué paradoja!... porque nadie nos enseñó que todo esto en sí es eterno menos nosotrxs… que miedo tuvimos y cuantxs habremos llorado cuando nos enteramos de que nos morimos…
cerré los ojos, rápidamente se abrió mi agenda… día complicado… además del profundo perfecto de tanto universo, tenía que llevar volantes a una movilización contra el gobierno… iba a haber represión… debía estar más prendido que nunca, aferrarme a la pasión de esta fe que no es otro asunto que mantenerse vivx con todo lo verdadero que llevamos dentro…
me senté, pisé la alfombra y no hice más que levantarme a morir… otra vez…
Texto: Este es el primer capítulo del libro "Rubia" que está en construcción y será publicado el año próximo.
Autor: Rey Larva
Rey Larva es el seudónimo del poeta Santos Goñi. Nació en 1964 en el barrio de Caballito, Buenos Aires.
Publicó Pecado y perdón (2008), Milagro eterno, Las puertas del viento, Días de vos, Trash, El árbol del sueño, Sonido interior y Porque sí. Poemas suyos han sido editados en antologías y revistas culturales. Es miembro activo de la F.L.I.A (Feria del libro independiente y alternativo). Su últimos libros son Guerrero (2012). y Guerrero II (2015)
Facebook: Santos Goñi (Rey Larva)
Imágenes: Luis Otero
Facebook: Luis Otero