La palabra esquiva
En la paradojal noche del día
—pues el misterio tornó indistinto al sol
de la luna, conjugando su fulgor—
yo voy detrás de la palabra esquiva.
Pronto harán cien años de la búsqueda,
noventa y nueve contará mi cuerpo,
en un guiño del destino y el tiempo
a una existencia vil e irresoluta.
Parques, cafés, museos, esa estación,
pampas, esteros, llanuras, médanos,
selvas, bosques, lagunas y océanos;
el cosmos, en fin, inquirí con tesón,
e infinitas búsquedas me infligieron
infinitas derrotas y lágrimas.
Como el argumento de una sátira
juzgué mi suerte; mis ganas cedieron.
El día —o la noche— anterior al siglo,
coincidí en un sueño con la palabra.
“Muerte”, hablé. Intuí mi suerte magra:
Al despertar, ya no era, ya había sido.
Autor: Carlos Lazo
Imagen: Friederich