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Vení amor. Sí acá, necesito desnudarte. No te desnudes, yo quiero aprender el arte de hacerte más real. Necesito tocarte los pequeños pechos. Deseo, imploro tenerlos entre mis manos. Quiero besarlos, quiero chuparlos. Por favor bésame, sálvame. No nos hundamos todavía. Déjame verte desnuda. Déjame recorrerte con la boca, acariciar la piel. Necesito matarte.

Acaríciame amor y desnúdate. Bésame los pechos, despacio, sí, ahora mordelos, que los pezones queden entre tus dientes, que tu saliva se deslice por la piel. Despréndete de los últimos rastros de impudicia. Déjame tocarla. Está dura. Voy a acariciarla, la voy a llevar hacia atrás y la voy a traer de nuevo, la voy a apretar fuerte. Mis manos en tu sexo, tus labios en mis pechos y la humedad que nos inunda. No llores. Me tenés acá para hacerme lo que quieras. Pienso dejarte. Acércame más tu cuerpo, mátame, no tengas miedo.

Me estoy ahogando, no pares, está hecha para tus manos. Mis manos en tus hombros. Perdón por la violencia. Subo hasta la nuca, los pelos que me atrapan. Me encanta cómo la acaricias, no pares.

Tócame el sexo, apenas unos dedos, bien despacio, encontrá el lugar, déjame ayudarte. Tus manos y mis manos en mi sexo. Sí amor, no puedo más, voy a bajar y la voy a besar, déjame besarla. Te gusta, lo sé. Poné tus manos en mi pelo, acaríciame amor, aférralos fuerte, sosténelos y hasta arráncalos. Me miras, disfrutas mirando, me gusta que me mires. Ahora levántame. No tengas miedo, no repares en mi dolor, yo sé que queres lastimarme. Quiero que me lastimes. Sí, déjalo entrar, primero despacio. No tengas miedo. Estoy acá para salvarte.

Nos miramos, una lágrima de placer se desprende, cerrás los ojos. No te voy a soltar. Pero voy a ir aumentando la violencia con la que deseo consumirte. Quiero lastimarte. Tus largas piernas que se aferran a mis caderas. Tiras la cabeza hacia atrás. Quisiera cerrar los ojos, pero no puedo, necesito verte. Mi violencia aumenta y se refleja en tus gestos. ¿Cómo puedo cerrar los ojos?

Llévame a la cama amor pero no dejes de consumirme. Cánsate de mí. Mis manos en tu espalda, las uñas que se clavan, la carne que cede. Mírame, no tengas miedo. Déjame llevar mis dedos hasta tu boca, bésalos, bésalos todos amor.

Tus dedos en mí boca, mi sexo en tu sexo, las piernas que se buscan, las pelvis que se chocan, mi sudor y tu sudor que se confunden, la cama que rechina, los gemidos que aparecen, el sol que amenaza.

Te movés dentro de mí hasta el final, disfrutas porque disfruto. Me apretás los hombros, el cuello, te desesperas, no te desesperes. Un beso largo y profundo, nuestras lenguas se conocen. Me pedís que me de vuelta, pero no nos separamos, no queremos separarnos.

Te doy vuelta, el golpe se hace más intenso. Tú espalda se arquea como un gato, te llevo la mano al cuello y aprieto, abrís los ojos, la piel se eriza, me miras fijo, me sigo moviendo, el tiempo se detiene.

La tenés bien dura, te encanta tenerme así, dominarme así, me golpeas, la respiración se corta, tus manos sobre mi cuello, te miro, me ahogo, mátame amor, mátame ahora.

 

Autor: Cristian Juliá

Autor de Vivir en rebelión y El lado oscuro de la luna, ambos editados por Rey Larva artesanía editorial.

Nací en San Pedro Buenos Aires el 16 de marzo de 1989, viví en Capital y en Baradero provincia de Buenos Aires, ciudad en la que resido en la actualidad.

Encuentros furtivos: Relato inédito.

Punto de encuentro de mis libros:

La libre librería. Bolívar 646, Capital, San Telmo.

Puesto de diarios y revistas del uruguayo. Corrientes y Montevideo. Capital.

Boulevard libros. San Pedro

Oliverio libros. Medrano 490, Baradero.

En Epublire.org se encuentra la versión digital gratuita de Vivir en rebelión.

Facebook: Cristian Juliá

Imagen: Egon Schiele

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