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Buitres vociferando en la maraña de la noche,

arrastrando cadenas de esclavitud,

vomitando asquerosas luces de colores.

Buitres impacientes revoloteando

en las sendas oscuras de la ciudad perdida.

Buitres inocentes sorteando la suerte como justicia.

Buitres jugando naipes helados en cada misa.

Están aquí, junto a los cadáveres ostentosos

repartiéndose sus huesos almidonados

de finas telas de seda.

Buitres que hacen las veces de parteros

y traen niños inocentes

para que jueguen en las pistas nocturnas

y congestionadas por la lluvia de metal.

Buitres y más buitres…

En mi mente insensata,

en mi mente seca

por mis miedos profanados por mi cobardía.

Buitres, venid a mí!

Ustedes son valerosos,

son guardianes fieles de sus crías y de sus sueños.

Buitres vengan a mí y coman mis entrañas

llenas de pus y sangre vacía.

Entiérrenme junto a mis muertos

para luego despertar en su dulce morada.

Espérenme una vez más.

 

Autora: Sandra M. Vizconde Zevallos.

Comunicadora Social desahuciada. Pseudopoeta ad honorem , libre, rara, amante de lo natural, antisocial, rebelde, sensible. Odio las injusticias. Mil oficios...

Correo electrónico: yellowsubmarine_vz@yahoo.com.ar

Fotografía: Fuente: Pixabay

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