La pipa del amor (Poema 27)
La actriz aún no ha dicho “basta”.
El escenario es demasiado estrecho para el performance.
Muy pocos pasos para el punto final.
Sale a la calle.
La actriz camina descalza,
caen escamas de piel en las grietas del asfalto.
El polvo y la arenilla que la multitud lleva
y trae a su paso se pegan en el sudor.
No la pisan a pesar de la estrechez del andén,
de la velocidad,
la prisa,
las horas que corren sin tregua, el ardor de los pies, el enrojecimiento, las mejillas, las manos, el dolor.
Los transeúntes ven pasar a una actriz de tacón alto
olor a medias de nylon, pelo rubio recién lavado, liso,
caen algunos de esos hilos tinturados
se deslizan por el aire hasta topar con cualquier cosa que depare el azar.
Su boca es roja, arde
la actriz camina, su paso es ágil, camina, camina,
sus manos blancas y enrojecidas por el aire frío se balancean
la actriz camina, camina,
va dejando pedazos de labios por doquier, entrega sus brazos, sus piernas, su pubis, su trasero. Todos la destrozan. Todos quieren un poco de ella, la poseen, se sacian, todos quieren, menos ella.
Ahora la flacidez de los brazos y los párpados doblegan a la actriz.
Camina por las calles como un animal,
deja los oídos, los ojos
en la turbulencia destemplada del paisaje urbano
lágrimas, gritos, risas metálicas,
miradas de humo y lamentos.
Sus pasos ahora son lentos, cortos,
profundos como las fisuras en el rostro del tiempo.
La anciana actriz se detiene, no camina más.
De frente, bajo el sol que no penetra en sus blanquecinos ojos
un pájaro informa con su canto el cambio de estación.
La actriz vuelve a casa.
La casa también es un espacio imaginario.
Un baño caliente hace sudar la memoria:
los días que quemaba el café,
los días en el mar bajo el soporífero humor de la sal.
Imágenes de antiguos amantes salpican su piel
empañan con vapor la habitación.
También el amor se asoma entre líneas que habían sido borradas.
En su escritorio la página en blanco recupera el sentido,
El amplio escenario anuncia nuevos roles
quizás ahora pueda ser actriz.
Autora: Carolina Urbano
Texto tomado de: La pipa del amor (Ojo de Poeta, 2016)
Imagen tomada de