Dos enseñanzas de Temachtiani
Al hendir la tierra con los muslos,
sacudo el zumo gastado de mi tallo,
y aquel-que-da-viento
violenta mi corazón tostado.
Mis dedos mariposean,
mas no sé si ansían huir a un nido misterioso,
o si un colibrí soñó un plumaje
de índices, anulares,
terso oleaje
de meñiques, pulgares,
o si todo ha de ser germen de sí mismo.
Temachtiani ciñe ahuejotes,
engendra la chinampa,
demanda que observe;
mas no sé si ellos se dejan encadenar,
o si él aspira entrar al coro de sauces,
o si todo ha de ser germen de sí mismo.
«El mundo es una ilusión,
no brotaste del lodo,
no hay machete que te mate;
despierta,
descubre la raíz
del brío-que-todo-lo-rige»,
afirma Temachtiani,
chupa su pipa,
repica un cascabel;
confío en su boca crepuscular.
***
¡Soy hombre-flor, quiero traducir los códices del celaje!
¡Soy hombre-flor, quiero pintarme el guiño lunar!
¡Soy hombre-flor, quiero cantarle a los furiosos coyotes!
¡Soy hombre-flor, quiero lamer el tronco estelar!
«Los deseos brincan, son chapulines;
encuentra al testigo de la yoloxóchitl
que anida en el trono de tu pecho;
nunca muere,
tarareando entre aliento y aliento,
nunca muere,
te liberará de los colmillos del deseo»,
afirma Temachtiani,
chupa su pipa,
repica un cascabel;
confío en su boca crepuscular.
Autor: Daniel Agave es el seudónimo de Daniel Herrera Carrillo (Puebla, México, 1989).
Escritor y productor musical. Ha colaborado en los fanzines Hana y Hikari de Ediciones Diente de León, en el portal satírico El Deforma y en la revista literaria Factum. Fue ganador en el concurso de cuento corto de la Escuela de Escritura de Puebla en 2016. Ha fungido como compositor, arreglista y coproductor de cuatro álbumes de estudio y como baterista de diversas bandas locales.