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Alicia descubre relojes
Nadie construye nada para nadie. Las cuatro caras de tu casa están lastimadas, y entre tus dedos se escurren nubes, sirenas y fiestas. Demasiados bichitos se quedaron a vivir en tu memoria, recuerdos de pajas sublimes con tu amante sureña que desayunaba naranjas y te emputecía la piel con lengüetazos cítricos, colibríes infartados en los cajones de tu nostalgia, y voces a cada rato voces que te reclaman todo ese cielo que podaste y dejaste sin pintar.
(Poema del libro Bichitos de Pekín)
Autor: Sebastián Martín