La elasticidad de la soberbia
a Ingrid Córdoba
No haber vencido
El mar.
El mar es el sueño del corazón.
Y yo imaginé que él te llevaba Penélope.
Me volviste un Ulises.
¡No he vuelto a tener las mismas enseñanzas
desencriptando el striptease del universo!
Como tus ocurrencias...
Parte inalienable de mi estilo:
Cómo caminabas...
¡E ibas dejando muertos por todas partes!
Cómo Bogotá se perpetuaba en tu piel
en tus labios adheridos al inextricable,
imposible e inmortal aroma del café de Colombia
que iba abriendo paso a tu amor sin fortuna alguna…
¡Porque ni el error de nuestra suerte
de no merecer a este país
era algo grande para ti!
Tú eres fiel a la sinceridad.
Por eso me quisiste
y me volviste a querer
después de trece años de no verme
como si fueran una sola noche...
¡Las noches que nadie comprende
en esta soledad de haberte amado
como un galeón que se sigue olvidando
a pesar de que ya no sabe que existe el mar!
Y es el barco que todavía surca tu piel
sin poder haber frenado la elasticidad de la soberbia
otra vez...
Y que mi corazón ya no fuera mi sueño
mientras escuché el clamor microscópico de tu risa
No.
El mar.
Volver al mar...
Ya que no pude soportar el exilio
de no poder ver tus ojos sin dos continentes entre nosotros.
¡Eras la misma Penélope
de las calles suaves
con la misma sensualidad inhóspita
que masacraba mis ojos en tu sexo!
¡Y eres más que lo que yo pueda crear si no vuelvo a ser!
Penélope...
¡El mar siempre regresa dónde tú estás!
¡Soy el Ulises que devora páginas enteras
para saber que amar no es ser un héroe!
¡Es entregar el legado oculto de la destrucción soterrada de tu corazón!
¡Porque tú fuiste la única manera de liberarlo!
¡Y cuando te vio siguió siendo un prisionero!
¡Porque amar en el mar
sin el destino de las estrellas es hundirse sin la luz dispersa
de despertar de la pesadilla de no haber vencido tu misma Odisea!
Autor: Andrés Felipe Sanabria
Soy un poeta y escritor colombiano. Nací en Bogotá el 31 de julio de 1.981. Empecé a leer y escribir poesía a los 18 años, pero lo hice en serio hasta que un escritor paisa leyó esa poesía inocente, y me dijo que eso no era nada, entonces durante nueve años me depuré, y pulí, hasta que él me dijo que lo que escribía podía volverlo versos. He publicado poesía, cuentos y prosas poéticas en El Espectador, y El Espectador.com, Revista Cronopio, Revista Hoja Negra, y Revista Monolito de México. Me gusta la poesía de Baudelaire, Pessoa, Szymborska, Nicarnor Parra, Jose Emilio Pacheco, y Jaime Sabines.
Imagen de Leonardo Lamberta
Se puede ver parte de su obra en su Instagram @leolamberta y Acá
Comments